Poblado Íbero de Oliete
Construido hacia el siglo III a. C. y habitado hasta mediados del siglo I a. C., el yacimiento de San Pedro constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva íbera en la península.
- El poblado se organiza en dos espacios diferenciados:
- Un recinto fortificado situado en el extremo sureste del cerro.
Un área extramuros, que se extiende por la parte superior del cabezo hasta las primeras laderas del Calapetre.
El enclave se beneficia de la orografía natural: escarpes y un barranco protegen casi todo el perímetro, quedando únicamente vulnerable el acceso norte. Allí se construyó un foso de 25 x 7 metros y varias líneas de murallas que reforzaban el poblado frente a ataques.
El conjunto incluye torres con diseños adaptados a las exigencias bélicas de la época. Una de las más singulares, situada en el centro de la muralla, es de planta rectangular con ángulos redondeados, lo que aumentaba la resistencia frente a proyectiles y mejoraba el campo de visión y defensa. Su construcción en talud permitía además un estrechamiento progresivo de la planta, reforzando su solidez.
El sistema defensivo de San Pedro refleja la evolución de las técnicas militares íberas, adaptadas a la amenaza de ejércitos enemigos que ya empleaban sofisticadas máquinas de asedio. Este complejo de murallas y torres convierte al yacimiento en un referente clave para comprender la estrategia militar y la organización social de las comunidades íberas.
Teruel, tierra de leyendas vivas

La historia de Teruel se refleja en su trazado medieval, en los restos de antiguas fortalezas y en la singular arquitectura mudéjar, reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Sus calles y plazas evocan un pasado en el que convivieron culturas diversas, dejando huellas en templos, torres y palacios.