Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
El corazón más puro de los Pirineos
Reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es uno de los paisajes naturales más emblemáticos de Europa. Este espacio protegido, pionero en el continente, se organiza en torno al imponente macizo calcáreo del Monte Perdido, el más alto de Europa, y lo rodean cuatro valles únicos: Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta.
El valle de Ordesa es la esencia misma del parque. Recorrer sus senderos es adentrarse en un escenario de cascadas, bosques y praderas de montaña que dejan huella para siempre. La famosa ruta hasta la Cola de Caballo es un clásico imprescindible, accesible para todos los públicos, que combina la belleza de ríos cristalinos con la grandiosidad de paredes rocosas.
Entre hayedos, pinares y praderas alpinas conviven especies como el quebrantahuesos, las águilas, los sarrios y las marmotas. El entorno se completa con paisajes únicos: el Tozal del Mallo, la Cascada del Estrecho o las Gradas de Soaso, auténticas joyas naturales que atraen visitantes de todo el mundo en cualquier época del año.
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Añisclo: Un cañón profundo que corta la montaña de norte a sur, mostrando la fuerza de la naturaleza en estado salvaje.
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Escuaín: El valle más pequeño y menos transitado, pero con un encanto especial en sus gargantas, donde anidan diversas especies de aves protegidas.
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Pineta: De perfil glaciar en forma de U, ofrece un paisaje bucólico coronado por las imponentes Tres Sorores: Monte Perdido, Cilindro de Marboré y Soum de Ramond.
Huesca: naturaleza sin límites

La provincia de Huesca es un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza y la historia, con una gran variedad de paisajes que van desde el majestuoso Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, hasta escenarios únicos como el Desierto de los Monegros o el Congost de Mont-Rebei.