Mallos de Riglos
En pleno Prepirineo aragonés, a orillas del río Gállego, se alzan los imponentes Mallos de Riglos. Estas gigantescas paredes de roca rojiza, únicas en Europa, conforman un paisaje espectacular protegido bajo la figura de Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba.
Su historia comienza hace más de 65 millones de años, con la orogenia alpina que dio lugar a los Pirineos. El paso del tiempo, la erosión del agua y el viento fueron moldeando estas formaciones hasta convertirlas en las colosales moles de hasta 300 metros de altura que hoy contemplamos.
Al atardecer, los mallos se tiñen de tonos rojizos intensos que hacen aún más mágico el entorno. Sobre sus cimas es habitual ver volar buitres leonados y otras rapaces, convirtiendo cada visita en un auténtico espectáculo natural.
Riglos es un destino de referencia internacional para la escalada: sólo en estas paredes existen cerca de 200 vías, muchas de gran dificultad. Pero no hace falta ser escalador para disfrutar del lugar: existen senderos circulares que permiten recorrer y admirar los mallos desde diferentes perspectivas, como el camino que rodea los Mallos de Riglos o el popular Mirador de los Buitres.
En la misma comarca encontrarás otros conjuntos de mallos igualmente sorprendentes: Agüero, Vadiello, Murillo de Gállego o el Salto de Roldán. Cada uno ofrece un paisaje distinto, siempre con ese carácter monumental que convierte esta tierra en un lugar único.
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